Inmunes al cáncer: el blog del CRI

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Michelle Boyer’s Immunotherapy Story

Melanoma | 2010

Prefiero reírme de la muerte (y del cáncer) que estar triste por ello.

La historia de Michelle

Michelle Boyer debería tener un doctorado honoris causa en inmunología tumoral. Se le diagnosticó melanoma metastásico a los 20 años, ya participó en cinco ensayos clínicos de inmunoterapia e investigó y trabajó en estrecha colaboración con su oncólogo para elaborar y revisar su plan de tratamiento. Está decidida a encontrar una solución de largo plazo para su melanoma y también tener tiempo para disfrutar la vida y divertirse. Michelle es ingeniera estructural y en su tiempo libre juega videojuegos. También tiene la página Caring Bridge donde publica actualizaciones sobre su tratamiento. 

Puesta al día: Michelle Boyer falleció tranquilamente el 3 de junio de 2019. Su deseo era que su muerte lograra un cambio y así fue. Había publicado un mensaje positivo en YouTube:

Preguntas y respuestas

Cómo y cuándo descubrió que tenía cáncer?

Me diagnosticaron melanoma en estadio IIIA el 14 de julio de 2010, cuando tenía 23 años. Me extirparon el tumor mediante cirugía, pero dos años después regresó a los pulmones. Actualmente (2015) el cáncer está en estadio IV, diseminado por todo mi cuerpo. Desde 2012 he participado en varios ensayos clínicos de inmunoterapia.

¿Cómo supo de la inmunoterapia y por qué decidió probarla?

Creo que la inmunoterapia es mi mejor oportunidad para deshacerme del cáncer. La primera opción de tratamiento para el melanoma es la cirugía, que ya me practicaron, pero una vez que hace metástasis y se extiende a demasiados lugares, ya no es eficaz. Me dijeron que, si seguían intentando con la cirugía, mis pulmones quedarían como un queso suizo. Puede parecer algo horrible de decirle a un paciente, pero me resulta una comparación adecuada y graciosa. ¿Todos los pacientes con cáncer terminan desarrollando un sentido del humor algo retorcido como forma de sobrevivir? 🙂

Tanto lo que había estudiado sobre las investigaciones actuales como las recomendaciones de mis médicos me llevaron a probar la inmunoterapia primero, así que ahí es donde he centrado mi tratamiento. Hasta ahora he recibido interleucina-2, ipilimumab (Yervoy) combinado con IL-21, ipilimumab combinado con radioterapia, IL-15, tratamiento con linfocitos infiltrantes del tumor (LIT) (quimioterapia, seguida de una infusión de LIT, y luego IL-2). Actualmente estoy con MPDL3280A (PD-L1) combinada con cobimetinib (inhibidor de MEK).

Lo interesante es que la inmunoterapia ofrece la posibilidad de una remisión a largo plazo. ¿Qué estarías dispuesto a hacer para poder vivir cincuenta años más?

El melanoma tiene bajas tasas de respuesta a la quimioterapia, y con tantos nuevos y prometedores fármacos de inmunoterapia o tratamientos dirigidos que están saliendo, nunca lo pensé dos veces. A mi edad, con menos de 30 años, tengo mucho más tiempo de vida si uno de estos tratamientos hace desaparecer mi cáncer a largo plazo. Quiero probar todo lo que pueda darme la oportunidad de que eso suceda.

¿Cómo fue el tratamiento? ¿Tuvo efectos secundarios?

Si bien puede que no esté teniendo los excelentes resultados de otros pacientes, creo que los tratamientos han valido la pena. Cuanto más tiempo logre seguir con vida, más probable es que encuentre algún tratamiento que funcione. Por supuesto que el primer motivo para seguir probando nuevos tratamientos es encontrar uno que produzca una respuesta duradera. Más allá de eso, sé que mientras esté en tratamiento, mi familia y mis amigos (¡y yo misma!) podremos tener al menos un hilo de esperanza de que el cáncer va a desaparecer. La esperanza mejora la vida.

¿Hay algo que le haya sorprendido de su experiencia con el cáncer?

En realidad mi diagnóstico de cáncer no ha cambiado mi esencia, aunque sí me ha hecho madurar rápidamente. Me tomo el tiempo para valorar todas las cosas buenas de la vida. Mi familia me apoya de todas las formas posibles y tengo un grupo de buenos amigos que me acompaña siempre. El apoyo más inesperado que tuve desde que recibí el diagnóstico de cáncer fue el de mis compañeros de trabajo: me organizan los viajes a las citas médicas, me dan regalos y me brindan apoyo emocional. Me siento verdaderamente afortunada de tener a tantas personas maravillosas en mi vida.

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