Janie Peskin

Area of Research: Colorectal Cancer

Colorectal Cancer

La historia de Janie

En 2015, por una colonoscopia de rutina me diagnosticaron cáncer de colon en estadio IIIC. Debido a años de colitis ulcerosa tuve que someterme a una colectomía total (ileostomía temporal), 12 ciclos de Folfox, y luego una reversión de la ileostomía (reservorio en J). Entre la quimioterapia y la ileostomía sufrí depresión grave, pero mi determinación fue siempre luchar contra este demonio y seguir adelante.

Mi esposo, mis hijos ya adultos y mis amigos fueron mi mayor apoyo (eran «mi cobijo»). Nunca hubo dudas de que no fuera a superarlo, más allá de las probabilidades. Estuve en remisión durante 1 año y luego mi ACE comenzó a aumentar. Resultó que el cáncer había hecho metástasis en los ganglios linfáticos encima de la clavícula y en la pelvis. Mi oncólogo en ese momento me dijo que tenía que comenzar nuevamente con la quimioterapia y que sería de por vida. De ninguna manera, yo no. ¡Ya había tenido suficiente quimio! Este cuerpo no podía soportar más.

También soy sobreviviente de cáncer de mama triple negativo. He estado en remisión durante 15 años. Me sometí a quimioterapia complementaria antes y después de la cirugía, mi peso se desplomó a 38 kilos y pasé por tres reconstrucciones mamarias fallidas. Tras cambiar de puertas e instituciones, finalmente me realizaron un colgajo de dorsal ancho con implantes. Poco después me diagnosticaron cáncer de colon.

Entonces, cuando mi primer oncólogo que trató el cáncer colorrectal me dijo que la quimioterapia era para siempre, le dije que DE NINGUNA MANERA. Fui a casa e investigamos con mi familia, y esa búsqueda nos llevó a Johns Hopkins y a la Dra. Dung Le. Teníamos que enviar los registros al Hopkins y, cuando le pregunté a mi oncóloga aquí en Filadelfia cuáles eran mis biomarcadores, no tenía idea ni sabía acerca de la secuenciación de mi ADN. Parecía una broma. Así que ordenaron la biopsia y enviaron la muestra a la Dra. Le. Recibí una llamada, me dijeron que ella estaba llevando a cabo un ensayo clínico, así que programamos la consulta, empacamos nuestras cosas y fuimos a Hopkins.

Me dijeron que tenía IMS alta y que reunía las condiciones para participar en su ensayo. Pero tuve que esperar a que el tumor creciera. El cáncer era demasiado pequeño para tratarlo y pensé: «¡Vaya, tengo que esperar de nuevo a que crezca y se disemine a otras partes del cuerpo!». Así que esperé, totalmente aterrorizada, pero esperé. Esperé porque conocí a un hombre en dos grupos de apoyo que era paciente de cáncer de colon, un científico e investigador con mucha experiencia: Tom Marsilje. Le envié un mensaje de texto e inmediatamente me respondió diciendo que la Dra. Le era una de las oncólogas más respetadas y que si ella decía que esperara, que así lo hiciera. Tom también me recomendó que me uniera a Colontown, un grupo de apoyo dirigido por pacientes y científicos e investigadores de primer nivel, donde podría conocer mis opciones y aprender sobre la enfermedad. ¡Estaba en lo correcto! Aprendí mucho de este grupo y, lo más importante, me enseñaron cómo ser mi mejor defensora.

Finalmente, un año después, el cáncer comenzó a crecer y la Dra. Le indicó que comenzara con Keytruda. Por suerte, en 2017 el fármaco obtuvo la aprobación de la FDA para cánceres con biomarcadores que tuvieran IMS alta, por lo que empezamos a viajar de Filadelfia a Baltimore cada tres semanas. Fue después de la cuarta infusión que empecé a presentar reacciones adversas: erupciones cutáneas, cansancio excesivo, asma, tos intensa, sinusitis y luego lo peor: una reacción alérgica a un antibiótico que me llevó a la unidad de terapia intensiva con una fiebre de 40 grados centígrados. Tenía la presión arterial por las nubes. Pasé tres días en la unidad de terapia intensiva donde tuve SARM. Uf… ¿qué más podía salir mal? No recuerdo NADA de mi hospitalización, salvo que escuché que hablaban los médicos y uno de ellos dijo: «Lo va a lograr».

Bueno, no tenían idea de con quién estaban tratando. ¡Tenía 61 años y claro que lo iba a superar! Finalmente me mandaron a casa. Hablé con la Dra. Le y me dijo que mis marcadores tumorales ACE eran casi inexistentes. Pasaron de 24 a 2.4…💃💃💃

En resumen: dejé el Keytruda en diciembre de 2017 después de solo cuatro infusiones. Las exploraciones de imagen revelan reducción del volumen tumoral y tejido necrótico… ¡no hay crecimiento! Al día de hoy, en 2019, sigo estable y la Dra. Le no quiere verme por 6 meses. Los pacientes deben saber que los ensayos clínicos salvan vidas. Busquen una segunda opinión. Nunca, nunca permitan que un médico le dé fecha de vencimiento, ¡y nunca pierdan las ESPERANZAS!

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