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Sharon Belvin

Melanoma

La historia de Sharon

Fue un impacto para Sharon B. cuando a los 22 años le diagnosticaron melanoma en estadio IV. Se inscribió en un ensayo clínico de inmunoterapia con ipilimumab (Yervoy®), y desde entonces está en remisión.

Para celebrar su supervivencia y hacer correr la voz sobre las inmunoterapias que salvan vidas, Sharon participa con orgullo en el evento de ciclismo y carrera o caminata familiar de 5 km Answer to Cancer del Cancer Research Institute y recauda fondos para apoyar a la institución.

Vea su historia aquí.

Preguntas y respuestas

¿Cómo y cuándo descubrió que tenía cáncer?

En 2004, estaba terminando mi maestría en educación primaria y con mi prometido Rob, ahora mi esposo, estábamos planificando nuestras vidas juntos. Él había aceptado un trabajo en Washington D. C. y yo iba a enseñar allí en el otoño. Alquilamos un apartamento y nos mudamos. Entonces, tras haber ido al médico por lo que pensé que era un caso grave de bronquitis, recibimos la noticia que cambió todo: tenía melanoma en estadio IV. Yo tenía 22 años y parecía que mi vida se había terminado.

Empecé con dosis elevadas de quimioterapia unos días antes de la boda.  La quimio fue horrible, tenía náuseas todos los días. Pasé todo ese primer año de matrimonio aturdida. La quimio afectó mis funciones y me provocó una neuropatía incapacitante. Y lo que es peor, no funcionó. Así que, después de eso, me dieron interleucina-2, que tampoco funcionó. Los tumores siguieron creciendo y el medicamento me provocó descamación de la piel. Ambos tratamientos me dejaron abatida.

¿Cómo supo de la inmunoterapia y por qué decidió probarla?

Cuando mi oncólogo, el Dr. Jedd Wolchok, me contó acerca de un nuevo tipo de tratamiento que estaba en fase de prueba, parecía que podía ser la luz al final del túnel que habíamos estado buscando. Le dije que me inscribiera, no tenía ni que pensarlo. Nada hasta este momento había funcionado.

Empecé con ipilimumab (Yervoy®), una inmunoterapia que «suelta los frenos» del sistema inmunitario. Tras cuatro ciclos de tratamiento, el Dr. Wolchok me dijo que el fármaco estaba funcionando. Me llevé una tremenda sorpresa. Me había acostumbrado tanto a que los tratamientos no funcionaran que esperaba más de lo mismo. Sin embargo, esta vez mis tumores se redujeron en un 60 %. Dijo que el radiólogo llamó para asegurarse de que se trataba del paciente correcto porque nunca había visto una respuesta como esa.

Hace 8 años que estoy en remisión.

¿En qué se diferencia la inmunoterapia de otros tratamientos que pueda haber recibido?

Durante el tratamiento estaba tan feliz de que la inmunoterapia hubiera surtido efecto que casi no tenía lugar para otra emoción. Pero tras reflexionar, me di cuenta de que con la inmunoterapia yo tuve que ver con mi remisión. Durante la quimioterapia sentía que no tenía nada de control, dependía de los medicamentos para curarme. Fue enriquecedor saber que era mi propio sistema inmunitario el que hacía el trabajo.

¿Hay algo que le haya sorprendido de su experiencia con el cáncer?

Tras haber terminado todos los tratamientos, seguía teniendo la sensación de que el cáncer iba a volver, así que seguí con mis malos hábitos alimenticios. Sabía que adelgazar me llevaría tiempo y esfuerzo y tampoco pensé que debía hacerlo. Eso fue hasta que tuve a mis hijos. Se merecían una mamá sana, que pudiera correr y jugar con ellos. Pero lo más importante, una que viviera lo suficiente como para verlos crecer. Así que cambié, tan sencillo como eso. Cambié completamente mi alimentación y empecé a hacer ejercicio. En el transcurso de un año y medio adelgacé más de 72 kilos. Ahora soy entrenadora personal e instructora de fitness, y trato de ayudar a las personas que desean mejorar su salud y su estado físico. 

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