Científicos Corrie Painter, PhD University of Massachusetts Worcester, MA Paciente de cáncer se convierte en científica investigadora de inmunología del cáncer La Dra. Corrie Painter ha luchado contra el cáncer desde su cama y desde el laboratorio. Después de su diagnóstico de angiosarcoma en mayo de 2010 y de vencer a la enfermedad, esta mujer de 40 años, madre de dos hijos, decidió dedicar su vida a la investigación de la inmunología del cáncer. Como becaria de posdoctorado del CRI, la Dra. Painter trabaja en un laboratorio de la Facultad de Medicina de la Universidad de Massachusetts. Allí estudia el sistema inmunitario adquirido del pez cebra, un animal similar al ser humano del punto de vista inmunitario. También es cofundadora de Angiosarcoma Awareness, Inc., una organización sin fines de lucro que se dedica a financiar la investigación sobre este cáncer agresivo, que afecta a menos de 300 personas al año, y tiene una tasa de supervivencia a cinco años del 30 por ciento. Hablamos con la Dra. Painter sobre sus múltiples funciones (sobreviviente, investigadora, madre, defensora), y sobre su blog, Never Been Better, donde escribe con elegancia y honestidad sobre sus experiencias con el cáncer. ¿Cómo descubrió que tenía cáncer? Dra. Painter: Fue hace cerca de tres años, pero lo recuerdo claramente. Acababa de terminar mi posgrado en bioquímica y tenía una vida muy hermosa. Estaba haciendo mi doctorado. Tenía hermosas hijas, un matrimonio muy sólido, una muy buena red de amigos y familiares. Estaba en un camino perfecto para ser muy feliz en este mundo. De pronto, una noche, acostada en la cama, pasé mi mano sobre mi pecho y encontré un bulto gigante. Soy muy cuidadosa en cuanto al autoxamen de mama, me había hecho uno dos semanas antes y no había encontrado nada. Así que sabía que se trataba de algo de crecimiento rápido y eso nunca es una buena señal. ¿En qué momento supo que era un angiosarcoma? Dra. Painter: Ni en mis sueños más locos me hubiera imaginado que sería una neoplasia maligna increíblemente rara. Fui a ver a varios médicos y a mi ginecólogo-obstetra y todos me decían que estaba bien, que probablemente fuera alguna condición benigna. No tengo idea de quién decidió que sería bueno que hiciera una consulta de seguimiento con un cirujano oncólogo. Pensé que sería una pérdida de tiempo pero, bueno, iría para deshacerme de mi última pizca de ansiedad. De modo que fui y el cirujano oncólogo sintió el bulto y dijo: «¿Sabes qué? Necesito tomar una muestra mediante biopsia con aguja fina». Así que le clavó una aguja y sangró mucho. En ese momento supe que era maligno. No sabía qué era, pero sí sabía que las afecciones benignas no tienen tanta vascularización. ¿Cuándo recibió el diagnóstico oficial? Dra. Painter: Estaba ingresando a un estacionamiento y el médico me llamó y me dijo que tenía angiosarcoma. No me preguntó dónde estaba, ni si estaba sentada. Frené de golpe. Casi atropello a alguien. Le tiré el teléfono a mi esposo. Salí del automóvil, me desplomé en el suelo y comencé a llorar. Estoy segura de que fue todo un espectáculo para los estudiantes del campus. Mi esposo y yo nos fuimos a un parque local por media hora, aproximadamente. Llamamos a nuestros padres. Regresé a mi trabajo y se lo dije a mi jefe. Fue como si el tiempo se hubiera detenido por tres días, como si estuviéramos navegando en una zona extraña, sin dimensiones, donde no podíamos avanzar en ninguna dirección. Durante ese tiempo, vimos a una gran cantidad de médicos diferentes en diversos institutos para intentar averiguar qué ocurría. Finalmente se sometió a una cirugía y quimioterapia. Luego de esta experiencia, usted decidió realizar un posdoctorado en inmunología del cáncer. Ahora conduce una investigación de inmunología sobre el pez cebra con fondos de CRI. ¿Puede contarnos más sobre su trabajo? Dra. Painter: El sistema inmunitario del pez cebra es muy similar al de los seres humanos. Algunos peces cebra son transparentes. No son completamente transparentes como el vidrio, pero bajo un microscopio se puede obtener una imagen muy profunda del interior del pez sin lastimarlo. Puedo manipular cada tipo individual de linfocito T del pez de manera que cada uno se vea diferente. Luego, puedo colocar al pez bajo el microscopio y ver cómo los distintos tipos de células inmunitarias interactúan, en tiempo real, en un organismo vivo. Es genial. Me encanta. ¿Cómo va a aplicar esto al cáncer? Dra. Painter: Lleva un tiempo crear los modelos de tumores y ponerlos en marcha, pues estoy clonando todo yo misma. Podré manipular el tumor para activar y desactivar los genes en su interior cuando desee. De modo que puedo esperar hasta que un tumor esté completamente desarrollado, y luego ordenarle que bombee esta citocina que trataré con un medicamento. El tumor comenzará a bombear una citocina, entonces podré ver directamente qué efecto tiene sobre el resto del sistema inmunitario, porque podré observar las células inmunitarias que alteré para que brillen con fluorescencia. De hecho, nos vamos a diversificar del melanoma y comenzaremos a trabajar con un modelo de angiosarcoma de pez, así que, realmente, podré estudiar mi propio cáncer en peces. Además de su investigación, también preside Angiosarcoma Awareness, Inc., fundada por usted en 2010. ¿Qué tiene previsto para esta organización? Dra. Painter: Hemos recaudado entre 50 000 y 100 000 dólares cada año. Además, nos asociamos con Cycle for Survival y recaudamos entre 75 000 y 100 000 dólares anuales. Este dinero se destina a un laboratorio específico en Sloan-Kettering. En general, entre el trabajo que realizamos con Cycle for Survival y lo que hacemos como entidad independiente, estamos generando un par de cientos de miles de dólares al año, que se destinan directamente a la investigación del angiosarcoma. En su blog, se refiere a sus hijas de una manera muy bonita. ¿Cómo ha cambiado su perspectiva como madre desde su diagnóstico? Dra. Painter: Lo primero que me viene a la mente cuando me hace esta pregunta son los hitos. Es decir, la mayoría de las personas no le prestan mucha atención a los cumpleaños, o a cuando se cae un diente, pero para mí cada uno de esos eventos son como la cereza del pastel. Pensé que iba a morir luego de seis meses, y mi principal objetivo en medio de todo esto era ver a mi hija menor cumplir cinco años. Pensé que era un sueño imposible. Cumplió cinco años en octubre pasado, por lo que, para mí, todo lo demás es de regalo, un lujo que no pensé que podría disfrutar. Simplemente lo valoro profundamente. No sé qué hay debajo de las cerezas y el glaseado del pastel, solo sé que es delicioso. Publicado originalmente el 1 de agosto de 2013.