Pacientes Samir Tanios Other Cancer La historia de Samir A fines de la década de 1970, Samir estuvo expuesto al asbesto durante el tiempo que trabajó para una empresa de construcción. Más de 40 años después, en septiembre de 2018, le diagnosticaron mesotelioma pleural maligno. En ese momento, Samir no tenía energía para someterse a una cirugía. Su oncólogo le recomendó que omitiera la quimioterapia y comenzara con inmunoterapia. Pudo recibir el inhibidor de puntos de control de PD-1 nivolumab (Opdivo) a través de un programa de asistencia al paciente que ofrece la compañía farmacéutica. Unos dos meses después del tratamiento y tras algunos efectos secundarios al principio, Samir empezó a sentirse mejor. Pudo dejar la morfina y retomó sus actividades y el ejercicio que hacía antes del diagnóstico. Hace poco se jubiló y ahora disfruta de viajar con su esposa Martha. Preguntas y respuestas CRI: ¿Cómo y cuándo descubrió que tenía cáncer?Samir: En septiembre de 2018 tuve un dolor en el pecho y fui a mi médico de cabecera. Pensó que era pleuresía. Como la medicación para la pleuresía no estaba surtiendo efecto, fui a hacerme una radiografía y una exploración por imagen. El radiólogo dijo que vio algo de líquido alrededor de los pulmones y me recomendó que consultara con un neumólogo. Fui a ver a una neumóloga del Baylor College of Medicine, quien me hizo un examen, miró la tomografía y me dijo que había una pequeña anomalía. Señaló que no era grande y sugirió que fuera a un cirujano para hacerme una biopsia. El resultado de la biopsia nos permitió saber qué me sucedía. El cirujano me dijo que tenía mesotelioma pleural bifásico maligno, que se encuentra en la membrana pulmonar y es difícil de tratar. CRI: ¿Cómo supo de la inmunoterapia y por qué decidió probarla?Samir: Cuando me diagnosticaron no podía pasar por la puerta ni subir las escaleras. Tuve que usar una silla de ruedas del hospital. Por eso, mi cirujano no me recomendó ni la cirugía ni la quimioterapia, porque hubiese sido demasiado para mi cuerpo. Fue en ese momento que comencé a investigar otras opciones. El cirujano me habló de la inmunoterapia, pero me explicó que en general el seguro médico pide que primero se pase por la quimioterapia habitual y, si se demuestra que no funciona, autoriza luego la inmunoterapia. Me dio los nombres de un par de oncólogos de Baylor con quienes hablar. El factor tiempo era vital para mí. Fui a Baylor porque fue donde más rápidamente me consiguieron la inmunoterapia. Encontraron un programa de asistencia al paciente de la compañía farmacéutica y pude comenzar con la inmunoterapia. Hasta ahora la respuesta ha sido buena. Me siento muy afortunado de seguir aquí y, más que nunca, valoro cada día de mi vida. Ha sido una bendición para mí. CRI: ¿Cómo fue el tratamiento? ¿Tuvo efectos secundarios?Samir: El principal efecto secundario fue la diabetes, pero es algo que puedo manejar. Se gana algo, se pierde algo, pero yo gané más de lo que perdí. Así que ahí es donde estoy ahora. CRI: ¿Hay algo que le haya sorprendido de su experiencia con el cáncer?Samir: Fue asombrosa la respuesta que tuve a la inmunoterapia. Con mi esposa le agradecemos a Dios por cada día que estamos juntos. Hemos estado viajando. Hicimos largos viajes a Francia y a Medio Oriente. Pude caminar y recorrer lugares. Aparte de la diabetes, hasta ahora ha sido como algo mágico para mí. CRI: ¿Qué le gustaría contarle a otros pacientes acerca de la inmunoterapia o de la participación en ensayos clínicos?Samir: En primer lugar, cuando uno está en esta situación te dicen que no te quedan muchos meses de vida. La inmunoterapia fue una especie de regalo del cielo para mí porque, aparte de la diabetes, mis reacciones no fueron complicadas. No me sentí cansado, nada. Se siente como otra parte del día; solo hay que sentarse, recibir la inmunoterapia por vía intravenosa y volver a casa.