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Shann Weston

Leukemia

La historia de Shann

En enero de 2013, la semana antes de viajar a Machu Picchu (Perú), Shann se sintió más cansada de lo habitual y consultó a su médico en la isla de San Juan. El médico le hizo análisis de sangre y le dijo que fuera al hospital para realizarse más análisis.

A los pocos días la internaron y comenzó el tratamiento habitual con quimioterapia para la leucemia linfoblástica aguda. Después de un trasplante experimental de médula ósea haploide, Shann y su familia disfrutaron de dos años de remisión. Luego, en 2017, el cáncer regresó. Decidió probar la inmunoterapia con linfocitos T-CAR, lo que le brindó otra remisión de dos años.

Cuando en 2019 el cáncer volvió a aparecer probó una inmunoterapia dirigida a PD-1, pero no funcionó y le provocó efectos secundarios. Unos meses después comenzó otro tipo de inmunoterapia: un captador biespecífico de linfocitos T (BiTE) que permite que el sistema inmunitario del paciente reconozca y ataque las células cancerosas dirigiéndose al antígeno CD19 presente en los linfocitos B. El cáncer respondió.

Hoy Shann también sigue defendiendo a otros pacientes de cáncer, buscando formas de mejorar sus experiencias y de capacitarlos para que tomen decisiones con autonomía.

Preguntas y respuestas

CRI: ¿Cómo y cuándo descubrió que tenía cáncer?
Shann: Me informaron que tenía cáncer en 2013. Para el diagnóstico, mi médico de cabecera se basó en el cansancio que sentía y en los análisis de sangre irregulares.

CRI: ¿Cómo supo de la inmunoterapia y por qué decidió probarla?
ShannMi oncólogo me sugirió la inmunoterapia.

CRI: ¿Cómo fue el tratamiento? ¿Tuvo efectos secundarios?
Shann: En 2013, al otro día de recibir la primera infusión de linfocitos T-CAR, aparecieron efectos secundarios graves (fiebre y neurotoxicidad) y tuve que ir al hospital. Fue una tormenta de citocinas de leve a moderada. Me dieron de alta después de una noche en el hospital, pero tuve que regresar al día siguiente cuando perdí el conocimiento momentáneamente en casa. Tras esas dos internaciones, me recuperé rápidamente y pude irme a casa sin otros tratamientos. Tuve una insuficiencia medular en los meses posteriores al tratamiento con linfocitos T-CAR, pero se revirtió lentamente.

Cuando la leucemia reapareció en 2019, el oncólogo me puso en un ensayo experimental con pembrolizumab (Keytruda®). Al principio pareció funcionar, pero para la segunda infusión las células leucémicas comenzaron a aparecer en las exploraciones nuevamente, por lo que el oncólogo me sacó del ensayo. Unas dos semanas después de la última infusión de Keytruda® tuve una intensa reacción autoinmunitaria en la piel y los nervios. Me dieron corticoides, prednisona, que ayudó a reducir los efectos secundarios. Sin embargo, los corticoides retrasaron el inicio de la siguiente inmunoterapia con blinatumomab (Blinctyo®).

Cuando la reacción cutánea desapareció, fui al hospital para que me administraran Blincyto®, las 24 horas del día durante cinco semanas. Iba al hospital tres veces para recibir la infusión y cada vez tenía efectos secundarios, pero se iban. Los efectos secundarios iniciales fueron muy similares a la reacción que tuve a la infusión de linfocitos T-CAR. Para las dos últimas infusiones logré arreglar con Providence para que fueran en casa. Tuve efectos secundarios muy leves durante y después de estas infusiones finales. La idea en el futuro es terminar con Blincyto® y, con suerte, permanecer en remisión.

CRI: ¿En qué se diferencia la inmunoterapia de otros tratamientos que pueda haber recibido?
Shann: La inmunoterapia fue una experiencia diferente a la quimioterapia. Las neurotoxicidades no son lo mismo que los trastornos cognitivos posteriores a la quimio. La inmunoterapia me afectó mucho menos físicamente. Durante la quimioterapia, mi cerebro se debatía entre luchar o escapar.

CRI: ¿Hay algo que le haya sorprendido de su experiencia con el cáncer?

  • El inquietante y desconocido mundo de la remisión
  • Volver a los médicos de cabecera y lidiar con cosas como el síndrome metabólico
  • Ser conocida para siempre como la persona que casi muere de cáncer
  • El trastorno por estrés postraumático (TEPT)
  • El cansancio continuo
  • La gratitud permanente
  • Aprender poco a poco a aceptar el hecho de no saber cuándo será el final, pero también de que podría surgir un nuevo tratamiento

CRI: ¿Qué le gustaría contarle a otros pacientes acerca de la inmunoterapia o de la participación en ensayos clínicos?
Shann: Recomiendo buscar una inmunoterapia lo más dirigida posible. Encontrar el ensayo clínico adecuado es la única solución para muchos pacientes.

Siento un gran alivio de haber podido distanciarme de la quimioterapia. Creo en la inmunoterapia mucho más que la guerra química de la quimioterapia.

El tratamiento del cáncer puede ser aterrador, por lo que es mejor informarse con anticipación todo lo que se pueda sobre la inmunoterapia. Al final, solo hay que contener la respiración, saltar, y esperar lo mejor. Creo que con una complexión moderadamente fuerte se puede soportar en gran parte los efectos de la inmunoterapia, si la carga de la enfermedad no es demasiado alta. Si llego a necesitar pasar por ello de nuevo, lo haré.


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